Efectos del consumo de alcohol

Cuando se consume una bebida alcohólica, pasa a lo largo del esófago, atraviesa el estómago y luego al intestino delgado. Aunque una pequeña cantidad de alcohol se absorbe a la corriente sanguínea a través de la membrana mucosa, la mayoría del alcohol entra en la corriente sanguínea a través de las paredes del intestino delgado. El alcohol es soluble en agua y la corriente sanguínea lleva el etanol (compuesto químico conocido como alcohol) rápidamente a todas partes del cuerpo, donde se absorbe en los tejidos en proporción a su contenido de agua.

El metabolismo tiene que ver con un número de procesos, uno de los cuales es conocido como la oxidación. A través de la oxidación en el hígado, el alcohol se desintoxica y se elimina de la sangre, evitando así que el alcohol acumule y destruya las células y los órganos. Una cantidad muy pequeña de alcohol evita el metabolismo y se elimina, sin cambios, en el aliento, en el sudor y en la orina. Hasta que todo el alcohol consumido haya sido metabolizado, se distribuye por todo el cuerpo, teniendo efecto sobre el cerebro y otros tejidos.

No importa la cantidad que haya sido consumida, el hígado sólo puede metabolizar cierta cantidad de alcohol por hora. El alcohol se metaboliza más lentamente de lo que se absorbe. Ya que el metabolismo del alcohol es lento, la ingestión se tiene que controlar para evitar que se acumule en el cuerpo y cause embriaguez.

El alcohol es capaz de cubrir parcialmente las necesidades de energía del organismo desplazando a los restantes nutrientes de la dieta. Las bebidas alcohólicas no contienen generalmente proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes, por lo tanto, la ingestión de estos puede convertirse en deficitaria en el caso del consumo regular de alcohol.

Absorción: El alcohol una vez ingerido se absorbe en el estómago y, principalmente, en el intestino delgado. La rapidez de absorción depende del alcohol que llegue hasta el intestino delgado, de tal manera que distintos aspectos, como por ejemplo, la presencia de alimentos en el estómago, cantidad de alcohol ingerida y características de la bebida consumida, influyen en la velocidad de absorción.

El nivel máximo de alcohol en sangre se alcanza entre los 30 y 90 minutos desde que se ingiere la bebida. Con el estómago vacío la rapidez de absorción es máxima, y tras una comida copiosa y rica en grasas es mucho más lenta. Sin embargo, en ambos casos todo el alcohol acaba absorbiéndose y haciendo efecto en el organismo.

 Distribución: Una vez absorbido el alcohol se distribuye por la sangre y desde ahí alcanza todo el organismo. No obstante, el alcohol tiende a acumularse en la grasa; por ello las personas con mucha grasa toleran algo mejor el alcohol.

 Metabolismo: La mayor parte del alcohol se metaboliza o destruye en el hígado. El alcohol es una de las pocas sustancias que se metaboliza a una velocidad constante.

 Eliminación: Entre el 2 y el 10% del etanol ingerido se elimina sin metabolizar, principalmente por orina, aire espirado y sudor.

CONSECUENCIAS POR UN CONSUMO PROLONGADO DE ALCOHOL

Los efectos o resultados adversos que se obtienen por el consumo de alcohol mantenido en el tiempo son múltiples, por lo que vamos a intentar destacar las complicaciones que van a impedir desarrollarnos como personas libres en nuestro ambiente familiar, laboral, social, etc.

Problemas y deterioro Físico

La mayoría de las personas no suelen darle importancia a los efectos que el alcohol puede producirles a nivel orgánico, o creen que podrán reconocer el momento en que tienen un problema y dejar de beber por su cuenta antes de que ese problema se convierta en algo serio. Es decir, atacan los problemas a largo plazo con soluciones a corto plazo como dejar de beber durante una semana, tomar vitaminas y no tomar cerveza.

Veamos una panorámica general de los problemas físicos causados por el alcohol:

El Sistema Digestivo superior

Pasa a través de la boca al esófago, garganta y estómago, produciendo un efecto abrasivo sobre las capas protectoras.

Tracto digestivo inferior

El alcohol en el intestino disminuye la capacidad para absorber vitaminas importantes. Esta dificultad de absorción de principios alimenticios fundamentales hace posible que se produzcan otras complicaciones físicas.

El Páncreas

Produce enzimas que transforman las grasas, proteínas y carbohidratos, siendo una parte importante del sistema digestivo. El uso del alcohol altera su funcionamiento, pudiendo provocar Pancreatitis, Diabetes, Peritonitis, etc.

Sistema Nervioso y Cerebro

Los daños que produce el alcohol sobre los tejidos nerviosos se deben a la acción combinada del alcohol como sustancia tóxica, y a la falta de vitaminas, concretamente la B1 o tiamina. Los problemas más comunes del sistema nervioso son:

  • Neuropatía periférica: las fibras nerviosas de las piernas y brazos están dañadas. Sensación de debilidad muscular, dolor o calambres después de beber. La neuropatía es reversible y la recuperación se produce cuando se deja de beber, se toman vitaminas y se sigue una dieta adecuada.

Corazón: El alcohol que circula alrededor de los vasos sanguíneos los daña. El resultado final se conoce como Cardiomiopatía Alcohólica.

Afecciones del Hígado

  • Hígado graso
  • Hepatitis Alcohólica
  •  Cirrosis Hepática Alcohólica